A un año de su simplificación, cambios a la reforma tributaria vuelven al debate

El 27 de enero del año pasado, el Congreso despachaba a ley el proyecto que simplificó la reforma tributaria aprobada el 2014, la primera de las modificaciones estructurales del gobierno de Michelle Bachelet y que a partir de 2018 incorporará un 3,03% del PIB (US$ 8.300 millones) a las arcas públicas.

La iniciativa, si bien fue valorada transversalmente, sobre todo por los gremios empresariales al reducir la complejidad en la interacción entre los nuevos regímenes a la renta, no dejó del todo cerrado el debate impositivo.

Muestra de aquello es que algunos precandidatos presidenciales, como Alejandro Guillier, Felipe Kast y Sebastián Piñera, han planteado que una de las prioridades en un eventual gobierno será simplificar nuevamente la nueva normativa.

¿Cómo lograrlo? Las principales críticas apuntan a la existencia de dos regímenes (integración parcial y renta atribuida), por lo que gana terreno la posibilidad de integrar completamente el nuevo sistema.

La discusión sigue abierta.

FUENSALIDA: «ES DISCUTIBLE TENER DOS SISTEMAS DISÍMILES»

La socia de Fuensalida & Del Valle, Carolina Fuensalida, tuvo un rol clave en la negociación que destrabó la reforma tributaria de 2014 en el Senado, al conformar la comisión técnica que redactó las indicaciones al proyecto.

La ex coordinadora de Política Tributaria de Hacienda señala que si bien la simplificación fue un «aporte, aun quedan muchas dudas» en relación a la conveniencia de tener dos regímenes de tributación.

«Sigue siendo discutible el haber forzado la existencia de dos sistemas tributarios paralelos, con reglas y concepciones tan disímiles, lo que conlleva un costo altísimo de administración para el Fisco y de asimilación para los contribuyentes», plantea.

La abogada propone establecer un solo régimen «estructural» para todos los contribuyentes, con un 100% de integración entre los tributos personales y corporativos.

Además, señala que hay que ajustar la normativa sobre empresas controladas en el exterior (CFC, por sus siglas en inglés) y la norma antielusión. «En esto último creo urgente hacer mejoras para acotar los espacios donde puedan hacerse interpretaciones expansivas», señala.

FONTAINE: «SE VIENE UNA REFORMA A LA REFORMA»

El economista y director de empresas Bernardo Fontaine fue otro de los actores clave en la discusión de la reforma original en 2014.

Al igual que Fuensalida, Fontaine valora la ley que simplificó el proyecto original, pero plantea que fue «muy insuficiente», ya que el sistema que creó tiene un impacto «relevante» en ahorro e inversión.

«Se viene de todas maneras una reforma a la reforma tributaria», asegura.

Entre las fórmulas para simplificar el Código Tributario e impulsar la actividad, el ejecutivo propone bajar de 27% a 25% el Impuesto de Primera Categoría, integrar 100% el sistema (hoy, en el régimen de integración parcial en el pago del tributo personal se puede acceder a hasta 65% del crédito pagado por impuesto corporativo) y aclarar aún más la norma general antielusión.

«Lo mejor son impuestos simples de pagar, de fiscalizar y de cobrar. Eso incluye definir con más precisión las normas antielusivas. Debemos combatir enérgicamente la evasión porque es injusta y perjudicial, pero con reglas claras», plantea.

Recabarren: «hay que aclarar rentas pasivas en el exterior»

La socia de Recabarren Asociados, Soledad Recabarren, integró la comisión tributaria de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) durante el debate de la primera reforma hace casi tres años.

La experta es enfática a un año de la simplificación: «Lo único claro es que el próximo gobierno tendrá una reforma mala, que además le generará una menor recaudación impidiéndole cumplir con sus compromisos sociales».

La ex socia de EY recalca que un tema urgente de aclarar es la tributación de las rentas pasivas en el exterior, que a partir del año pasado comenzaron a pagar impuestos en base devengada. O sea, por las utilidades generadas, independiente de si han sido percibidas. «Este tema tiene que ser aclarado legalmente y no vía circulares», plantea Recabarren.

La experta apunta también a la norma antielusión, que comenzó a regir el 1 de octubre del 2015, que fue simplificada hace un año y que califica como elusivos ciertos actos realizados desde la citada fecha.

«Esta normativa requiere ajustes a objeto de que sea entendible por los contribuyentes en general», asegura.

EY: «EFECTOS SE VERÁN RECIÉN EN OPERACIÓN RENTA 2018»

El socio de Consultoría Tributaria de EY, Pablo Greiber, es enfático en señalar que el debate sobre el sistema tributario seguirá «abierto durante un tiempo», ya que los principales efectos de la nueva normativa se conocerán «recién» en la Operación Renta del 2018.

«Un sistema tributario debe apuntar a la simplicidad, es decir, que logre por una parte una mayor recaudación con el menor costo de administración posible por parte de la autoridad, y además que sea comprensible por parte de los contribuyentes», recalca el experto.

Greiber plantea que algunas de las modificaciones deben apuntar a aclarar algunos de los registros que se crean en integración parcial, luego de la eliminación del Fondo de Utilidades Tributables (FUT) desde este año.

«El registro RAI (Rentas Afectas a Impuesto de Primera Categoría o Impuesto Adicional) es fundamental para la asignación de créditos contra el Impuesto de Primera Categoría, la determinación del capital propio tributario debe ser correctamente determinada, de forma tal de no sobrevalorar o subestimar el patrimonio tributario», propone el experto.

DELOITTE: «LOS REGÍMENES NO TIENE JUSTIFICACIÓN»

Para Joseph Courard, socio líder de Tax & Legal de Deloitte, la simplificación hizo «viable» la implementación de la reforma impositiva, pero «adolece de deficiencias estructurales importantes que es necesario mejorar».

«La discusión tributaria está lejos de zanjarse y es muy probable que sea materia de debate en las próximas elecciones presidenciales», plantea el experto.

La convivencia de dos regímenes de Impuesto a la Renta (renta atribuida e integración parcial) concentran las críticas del principal socio en materia impositiva de la auditora. «La existencia de los regímenes no tiene otra justificación que la forma en que se llevó a cabo la negociación en el Senado», señala.

En este sentido, plantea evitar situaciones que se producirán en integración parcial, donde un socio/accionista que recibe un dividendo respecto del cual sólo tiene derecho a acreditar el 65% del Impuesto de Primera Categoría pagado por la empresa (17,4%), deba incorporar a su base imponible la totalidad del impuesto pagado (27%). «Esto significa que el accionista debe tributar casi 10 puntos porcentuales más», advierte.

KPMG: «DISCUSIÓN DEBE SER MUY TÉCNICA»

El socio principal de Tax & Legal de KPMG, Francisco Lyon, plantea que más que una simplificación al Código Tributario, se requiere una revisión a la «estructura misma» del sistema impositivo y de Impuesto a la Renta, respecto a la conveniencia de tener dos regímenes de aplicación general.

«Por diversas consideraciones, ninguno de los dos sistemas por sí solo, al menos como hoy están concebidos, satisface los requerimientos de subsistir como régimen de aplicación general único», lanza el experto.
Lyon señala que toda discusión a futuro deberá realizarse «de manera muy técnica y con el tiempo necesario» para que facilite los análisis «más profundos posibles».

«Es muy probable que el debate tributario continúe sobre la mesa, con modificaciones o ajustes más o menos profundos a nuestro sistema tributario, en especial a la renta, dependiendo de quién gane las elecciones y naturalmente sus respectivos programas», asegura el abogado.

Diario Financiero, 27 Enero 2017.